Paisajes que templan el alma (P.N.Chera-Sot de Chera)
Pueblos bonitos rodeados de bosques y cascadas, como Chera, Sot de Chera y especialmente Chulilla, que se nos presenta en la lejanía colgando de los barrancos que en su día formó el río Turia, paredes desnudas que aprovechan miles de aficionados a la escalada, llegados de todas las partes del mundo, para perpetrar sus sueños y arriesgar su juventud cuando sin ningún temor se aferran a sus castigados muros de piedra. Un estrecho y escabroso recorrido, la ruta de los pantaneros la llaman, que se puede hacer a pie, vadeando el río en un par de ocasiones gracias a sus puentes colgantes en la zona de Los Calderones, y que nos hará llegar en poco tiempo hasta el embalse de Loriguilla donde poder contemplar sus plácidas aguas antes de precipitarse a toda velocidad para satisfacer las necesidades de sus paisanos mas cercanos.
Tras 20 minutos por la carretera que nos ha hecho abandonar el pueblo por el norte, llegamos hasta el Calles, un pueblo tradicional de la zona vinícola de Montiel-Requena, donde después de transitar sus estrechas calles y disfrutar de sus vinos de la tierra cultivados y embotellados en la bodegas Vegamar, poder hacer un recorrido de unos cuatro kilómetros de ida que nos llevará por la vera del río Tuéjar, la ruta del agua, hasta el pueblo de Chelva, algo más grande y bullicioso que el que acabamos de dejar atrás.
Para realizar la ruta del Acueducto de Peña Cortada, impresionante monumento romano construido en un no menos impresionante y abrupto paisaje, tenemos dos alternativas, aunque yo siempre he preferido las que comienzan su recorrido sin tener que desplazar el vehículo para alcanzar su inicio en un polvoriento o embarrado aparcamiento. Desde Chelva, podemos presentarnos, en unos pocos minutos en coche, en el aparcamiento donde comienza el camino que nos llevará hasta el acueducto por el norte, un itinerario corto y fácil, tanto para personas menos preparadas como para las que se hacen acompañar de niños, aunque menos espectacular que el que nos acerca desde el sur, desde Calles, donde después de una larga subida por el bosque autóctono que la rodea, nuestra vista se relaja al contemplar, a través de los ojos abiertos en el túnel escavado en la roca, por los que hace miles de años corría el agua en abundancia, el bonito paisaje que nos va a acompañar hasta salir de las sombras, cuando te encuentras de frente con el Acueducto de Peña Cortada, atravesando un vertiginosa hendidura fabricada por el río unos cuantos de miles de años antes de su construcción.
Bellas y sabias gentes; bonitos y espectaculares paisajes; una cerveza muy fría después de recorrer el camino y un buen libro acompañado de una copa de vino de la tierra, que templa el cuerpo en el frío invierno y lo refresca en el cálido verano, ¿que más se puede pedir?
Tan solo preparar la mente y el alma para el siguiente, el que queda por llegar.